Transcurso de la agonía en conciencia
Así como la naturaleza nos provee de los recursos suficientes para nacer, de igual forma poseemos la propia fuente de recursos para morir (incluso cuando el cuerpo pierde vitalidad), la diferencia radica en que al morir somos conscientes de nosotros mismos. Nuestro cuerpo sabe bien qué hacer para trascender, son los aspectos emocionales, de creencias arraigadas y de pensamiento los que desafían nuestra transición ya que existe preocupación por aquellos que se quedan, por asuntos inconclusos o miedo ante lo desconocido.
Si bien cada muerte es personal y única, hay algunos momentos esperados; saber más sobre el proceso consciente en el final de la vida puede aliviar los temores y fluir serenamente, paso a paso en el proceso natural experimentando una buena vida hasta el último suspiro; cuando la experiencia va más allá de las palabras y la comunicación se vuelve simbólica, metafórica, conductual, con una presencia compasiva existe una mayor probabilidad de una perspectiva satisfactoria para dar sentido y profundizar en la gratitud por todas las experiencias de la vida, incluso la muerte.
La forma de morir está condicionada por la naturaleza de la enfermedad, los síntomas y sobre todo por las creencias. En COINCIDIR brindamos asesoría para aprender a procurar la propia muerte o acompañar a nuestro familiar enfermo en la procuración de su muerte con técnicas específicas que invitan a la autoconfianza en ese ineludible y tan importante proceso ya que una vez asumida conscientemente la finitud, facilitará la conexión esencial con la sabiduría interna que posiblemente no se reconoce para soltar y honrar el cuerpo físico.
“Morir con dignidad: acompañado, eligiendo, sin dolores, sin preocupación”
García Sabell