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Foto del escritorCoincidir Psicología

El adolescente como enfermo

Los factores para que un adolescente comprenda su enfermedad son: edad, madurez, red de apoyo, familia, educación, cultura, creencias.


Un adolescente enfermo independientemente de su género prefiere calidad que cantidad de vida, puede desarrollar ansiedad por pérdida de independencia e intimidad, le cuesta mucho admitir volver a depender, puede percibirse incomprendido y buscar brincar límites constantemente por poca conciencia de riesgos lo cual hace difícil su adherencia al tratamiento, tiende a fantasear en un mundo donde es sano, igual a los demás y tener tristeza por expectativas de su futuro


La adolescencia es un etapa donde se busca la propia identidad en el esquema corporal y frente a la enfermedad se impacta su autoimagen (por el tratamiento o enfermedad misma) y se impacta el autoconcepto (conceptos que tienen de él y que tiene de sí mismo), lo que le lleva a temer a la crítica y a ser rechazado socialmente por ser “diferente” o preocuparse por sentirse poco atractivo o no digno de merecer una pareja.


Es común que tenga crisis religiosas por percibir la enfermedad como castigo divino o por el contrario volverse fervoroso en fe pidiendo la recuperación; puede buscar el aislamiento como refugio ya que se enoja porque lo sobreprotegen o infantilizan y en su caso tener fluctuaciones del estado de ánimo para mostrarse despreocupados ante una enfermedad que amenaza su vida.

Es recomendable explicarles a familiares y amigos o su pareja que habrá veces que quiera estar solo, que no lo tomen personal y pueden escribirle, mandarle cosas o hablar por teléfono. Explicar sus necesidades particulares o deseos (que lo visiten a determinada hora, o que no le hablen acerca de fiestas, etc)

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